Domingo a la mañana, el teléfono me despierta como con bronca. Atiendo solo para saber a quién voy a matar más tarde; insólitamente, es la voz de Moliné, que claramente alterado me pregunta:
-¿Estás bien, Martín?
Demoro en responder. Repaso las últimas horas de la noche anterior y siento que he perdido algo en el medio, porque la pregunta se me hace insólita.
- Sí -contesto secamente- ¿por qué?
- Mirá, pasó algo muy raro , esta madrugada me llamaron de la comisaría de Llavallol, para decirme que te habían detenido, y que vos me habías designado como tu abogado...así que me f...
- ¿Bajo qué cargos? -interrumpí, la historia ya comenzaba a sonarme conocida.
- ¿Qué?
- Digo, ¿cuando te llamaron no te dijeron bajo qué cargos estaba detenido?
- Sí, por falsificación de identidad, me dijeron - "Hijo de puta", pensé. Imaginaba como seguía el resto el relato, pero lo dejé continuar- En tu casa no contestaba nadie, y como vos no tenés celular, me vestí y me fui corriendo para Llavallol.
Hubo un alto en relato, y como confesándome una dura verdad Moliné me dijo:
- Deberías tener celular, Martín...
- No uso celular -dije.
- Bueno, pero es útil, fijate en este caso...
- No uso celular -hubo un silencio, y luego Moliné continuó con su relato- el tema fue que al llegar ahí me comunicaron que no tenían tu entrada registrada en el libro... Ah, no sabés el quilombo que armé, me puse loco. Al final apareció el comisario, y hablando comenzamos a sospechar que quizás todo era una broma de algún tarado... En fin... recién llego de ahí ¿Podes creer esto que te estoy contando?
- Sí -le dije- hay alguien por ahí que se está haciendo pasar por mí, Moliné -y entonces lo puse al tanto de los últimos acontecimientos con mi alter ego: la cita con Joaquín, el quilombo con la mujer del Dandy, y ahora esto. Luego de unos segundos lo escucho decir:
- Pero que turro! y para colmo hace esta jodita alegando falsificación de identidad!!
- Sí- admito- muy ingenioso. Ya lo voy a agarrar igual -pensé en lo sucedido, y que extrañamente en el tono de Moliné había sólo sorpresa, no podía detectar rastros de enojo por lo ocurrido- Te agradezco, che. Me jode que te hayas comido este garrón al pedo...
- No, ya está -me dijo- Igual como no conocía Llavallol, aproveché para caminar un poco por ahí. Es una zona baja, pero tiene algunas casas lindas, que sé yo. Incluso aproveché para tomarme un café en un barcito que parecía sacado de un relato de Arlt! - nos reímos juntos. Un personaje Moliné, su espíritu particular le había permitido ignorar las molestias de esta broma, y encima sentía haber sacado hasta cierto provecho a toda la situación.
Antes de cortar le dije
- Moliné, te pido una sola cosa...
- Decime...
- Si te vuelven a llamar de una comisaría por un tema mío, por favor no dejes de ir, aun temiendo que sea una otra broma.
- ¿Por? - contestó algo confundido.
- Porque puedo ser yo en serio, che.
Nos reimos un poco, y después cortamos la comunicación. Pero yo ya no pude seguir durmiendo.
No tolero saber que alguién ahí afuera se pasea cómodomante haciéndose pasar por mí.
Hay un único Martín, y ese soy yo.