A medida que pasaban los minutos, comencé a sentir que debía irme y dejarlo a Eliseo Morán sólo con sus recuerdos. Mi retirada fue lenta y sigilosa: primero me separé un poco de él, luego me puse de pie y me quedé parado un lago rato, mirando las aguas oscuras del arroyo. Finalmente retrocedí unos pasos y me detuve, esperando quizás una palabra o un gesto de Eliseo Morán, pero él permaneció inmóvil, ausente, y entonces supe que efectivamente debía irme.
Caminé entre los árboles, y antes de descender la loma que me llevaría a la orilla, giré mi cabeza y vi cómo Eliseo Morán recogía rápidamente su tanza, que serpenteaba endemoniada. Finalmente había conseguido su cena.
Me alejé en silencio, y emprendí el camino de regreso al hotel. Pensé que si algún día contara la historia de Eliseo Morán en la mesa chica de Viena probablemente me tildarían, una vez más, de mentiroso.
Daniela me recibió en el lobby con una sonrisa:
- ¿Cómo estás, Julio? ¿recién volves del río? - yo asentí y me acerqué a la barra del bar.
- ¿Encontraste el puesto de Eliseo?
- Sí - le contesté- muchas gracias por la recomendación, comí muy bien.
- Me alegro. Cocina bien, pero es un poco charlatán. Espero que no te haya aburrido con alguna de sus historias -me dijo.
- No, para nada -contesté terminante.
Estaba por retirarme rumbo a mi cuarto, cuando me preguntó
- Julio, ¿qué vas a hacer mañana a la noche? - quedé un tanto descolocado, no entendía a que se refería, y mi cara debe haber reflejado este desconcierto, porque rápidamente Daniela agregó:
- Mañana es Nochebuena, Julio! ¿o te olvidaste? - me quedé callado y sin reacción. Sí, me había olvidado. Levanté los hombros levemente y dije:
- No lo sé, Daniela, ya veré.
- Bueno, si querés, estás invitado a la cena que hacemos aquí en el hotel. Ojalá vengas, es a las nueve.
Le agradecí, sonreí y evité dar una respuesta definitiva. Comencé a subir las escaleras mientras sentía un súbito cansancio, un agotamiento extremo que se apoderaba de mis piernas y de mi espíritu. Sabía que al llegar a mi habitación, la noticia de esta Navidad iba a destrozarme.