Recuerdo la última sesión con Juan. Luego de una pausa, me mira, y finalmente me pregunta:
- Pero entonces, Martín, ¿vos que esperás de tu analista?
He practicado los alrededores de este tema muchas veces (aplausos para Juan Martini), acercándome y alejándome de la respuesta en una elipse infinita. Creo que he esperado distintas cosas a lo largo de estos años: que pudiera hacerme conciliar el sueño, o dejar de buscarme problemas, que lograra hacerme olvidar a una mujer; nimiedades, equivocaciones. Nunca antes había sentido la urgencia de reencontrarme con mi deseo, con la vibración que me lleve a la frecuencia de resonancia de mi ser, que me devuelva la paz.
Pienso en esto, y sé que no es una respuesta, pero que la sugiere.
-Necesito alguien que me ayude a pensar- digo finalmente.
Y aún sin estar plenamente satisfecho con esta afirmación, entiendo que es lo más cercano que tengo a la verdad.
Juan asiente, y parece dispuesto a asumir ese rol; me siento aliviado.
Joaquín, dice que de dos el barco se mueve, pero es más difícil que se hunda. No me parece un mal consejo.
10 bonus tracks:
¿Puede un analista hacerte olvidar a una mujer/hombre?
No, por supuesto que no. Expectativas equivocadas.
También puede aprenderse en eso.
Siempre se aprende, Loon.
mmmm no estoy tan seguro de eso, martín, eh...
muchos recuerdos tienen más de empecinamiento que otra cosa.
y ese empecinamiento, en terapia, decanta.
Sí, no se aprende a olvidar, si no a entender la recurrencia del recuerdo.
En ese tiempo, igual, solo quería olvidar, borrar de mi memoría todo lo realcionado con ella.
"borrar de mi memoría todo lo realcionado con ella"
Así que te partieron el corazón...
Sí.
A todos nos llega.
Sí, pero no se lo deseo a nadie.
Yo tampoco. Pero se aprende mucho, muchísimo.
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